Un espacio para el estudio.

A lo largo de la vida solemos tener diferentes tipos de amores, desde el amor escolar, el amor platónico, el primer amor y el amor de nuestra vida. Y aunque muchos asocian al amor hacia una sola persona, también existe el amor a los amigos, a la familia, a nuestras mascotas y plantas y el amor propio; y de este último de donde se desprende el tipo de amor que hoy te queremos compartir y se trata del amor a nuestras finanzas.

Estar enamorados y amar nuestras finanzas significa que nos sentimos orgullosos de ellas porque las hemos sabido construir, invertimos tiempo y esfuerzos en ellas, nos ayudan a crecer y simplemente se trata de una relación que respetamos, le damos su valor y de la cual nos sentimos satisfechos.

Sin embargo, así como con las personas podemos llegar a tener relaciones tóxicas, en nuestras finanzas también podemos llegar a tener una mala relación con nuestro dinero; la cual, en lugar de hacernos crecer y apoyarnos para alcanzar nuestros objetivos, nos hunde y nos genera ciertos conflictos en la vida.

Y así como en cualquier otro tipo de relación que ha sufrido daños, para poder mejorarla es necesario realizar con conciencia algunos esfuerzos o sacrificios con tal de recuperarla y sacarla del abismo. Y aunque para esto no existe una guía definitiva o una ley que te diga cómo hacerlo, en DINN te queremos compartir algunas recomendaciones para que empieces a mejorar tu relación con el dinero, sanar tus finanzas y volver a enamorarte de ellas. 

Aunque por otro lado, si eres de los que ya tiene una relación exitosa y en armonía con sus finanzas, ¡felicidades! Las siguientes líneas también te ayudarán a saber si vas por buen camino o conocerás más herramientas para seguir mejorando en este aspecto. 

Paso 1: Reconstruye la relación con tus finanzas

Una parte importante en este proceso es conocer qué es y la importancia de la salud financiera. Sí, sabemos que esto suena muy aburrido, pero la salud financiera es tan importante como nuestra salud física y mental, por lo que no debemos de tomarlo a la ligera. 

Tener salud financiera es el estado en el que nuestra situación financiera nos permite tener la posibilidad de vivir bien en el presente y en el futuro; siendo el cuidar lo que ganamos y gastamos una de las principales acciones que deben suceder para lograrla, así como el hecho de tener ahorros para aquellos momentos difíciles, o bien, para los proyectos que queramos emprender en un futuro. Dicho de otra forma, la salud financiera no se logra si gastas de forma compulsiva o si te endeudas cada vez que puedes. 

Por otro lado, algo de lo más peligroso de no cuidar nuestra salud financiera es que al no hacerlo también estaremos descuidando nuestra salud física y mental, pues viviremos estresados por no saber cómo pagar nuestras deudas, o bien, si en algún momento tenemos algún accidente o enfermedad, no podremos pagar los servicios médicos que nos ayuden a salir de dichas situaciones.

Es por ello que en este primer paso lo más importante que debemos hacer es convencernos de que la salud financiera es también una señal de amor propio.

Paso 2: Cuida tus gastos tóxicos

Una vez que estés convencido de invertir tu tiempo en mejorar tu salud financiera, es momento de ir a la acción. Y el identificar y tener cuidado con tus gastos tóxicos, es una de las mejores formas de empezar, por lo que aquí te compartimos algunos de ellos para que puedas ubicarlos mejor, y sobre todo, puedas hacer una lista para identificar cuál de todos tienes:

Gastos hormiga: Son todos aquellos pequeños gastos que no nos damos cuenta que hacemos, pero que sumados, pueden ser enormes. Algunos ejemplos comunes son el café de las mañanas, los refrescos, galletas y los dulces que compramos todos los días. Y lo peor de todo es que todos ellos están muy relacionados con la comida chatarra, por lo que reducirlos no solo nos ayudará a mejorar nuestra salud financiera, sino también nuestra salud física.

Gastos fantasma: Son todos aquellos gastos que hacemos, pero que nunca utilizamos. Algunos ejemplos podrían ser las suscripciones de servicios como gimnasio o Netflix, ropa que compramos y jamás nos ponemos, o alimentos que compramos y nunca comemos. Para eliminarlos, te recomendamos no comprar cosas de manera compulsiva y comprar sólo lo que realmente utilizarás. 

Gastos ego: Estos tipos de gastos son los más peligrosos que existen, por lo que debes de tener mucho cuidado con ellos. Y son básicamente todos los lujos fuera de nuestras posibilidades, como los autos costosos, joyas, ropa de diseñador, celulares, entre otros. 

Una clara señal de que lo que te comprarás es un gasto ego, es que este te endeudará y muchas veces no sabrás ni cómo pagarlo. 

Y aunque muchas personas solemos tener algunos de estos tipos de gastos, cabe la pena aclarar que no se trata de ser perfectos todo el tiempo, de limitarnos por completo o de eliminarlos para siempre de nuestras vidas, sino de tenerlos de una forma moderada y que no afecten nuestras finanzas y nuestras metas.

Paso 3: Ahorrar e invertir

Ahora sí, ya que te convenciste de la importancia de tener una bonita relación con tus finanzas y además, ya identificaste y reduciste los gastos más tóxicos para tu cartera, estamos seguros de que poco a poco empezarás a notar que te va sobrando algo de dinero; por lo que es el mejor momento para empezar a ahorrar e inclusive, para invertir.

Para hacer esto, te recomendamos que tus ahorros no los tengas “bajo el colchón” o en un cochinito, sino que busques opciones más seguras que te puedan dar algunas ganancias para que tus ahorros sigan creciendo (a esto se le llama inversión), ya que sino lo haces de esta forma, tu dinero se verá afectado por la inflación. No olvides que a través de DINN puedes realizar este paso de forma sencilla y segura, ya que puedes empezar a invertir con menos de 10 pesos en instrumentos de bajo riesgo.

Por último, debes recordar que enamorarte de tus finanzas no es algo que suceda de un día a otro, sino que se debe de trabajar todos los días y es importante que sepas y reconozcas que este tipo de amor no es un camino recto, simple o sencillo de recorrer, pero sí uno que vale la pena hacer, ya que te traerá muchas recompensas en diversos aspectos de tu vida. Pues tal y como lo dice la frase, “los caminos difíciles a menudo conducen a lugares hermosos” y es por ello que este mes es perfecto para dedicarle amor, cariño y esfuerzo a tus finanzas en pro de mejorar tu salud financiera. ¡Feliz San Valentín!

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